google46357e5f34f49d7d.html ILUMINACIONES DE LORD TEKSUYA: Espantapájaros 1

martes, 18 de agosto de 2009

Espantapájaros 1

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No sé; me importa un pito que las mujeres tengan los senos
como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de
papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que
amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el
primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso si! - y en
esto soy irreductible - no les perdono, bajo ningún pretexto, que no
sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan
seducirme!

Está fue - y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente,
de María Luisa.
¿Que me importaban sus labios por entregas y sus encelos
sulfurosos? ¿Que me importaban sus extremidades de palmípedo y
sus miradas de pronostico reservado?
¡ María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del
comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún
paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un
puntito rosado. "¡ María Luisa! ¡María Luisa!... y a los pocos
segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme,
volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos
aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en
una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja
muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡ Que delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver,
de vez en cuando las estrellas! ¡Que voluptuosidad la de pasarse los
días entre las nubes...la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer a una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna
clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una
diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que
tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una
mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me
es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más
que volando.



O.G.

Nunca un escrito me ha causado tanto problemas como este......
pero realmente lo creo ciegamente en la vision de Girondo, para mi es mas que reveladora, le da sentido comun (que es el menos comun, como dice KT)a lo obvio
a lo efimero y eterno del amor, realmente me gusta!

1 comentario:

Lulu dijo...

No podía creer que nadie le hubiera comentado esta belleza antes, hasta que abrí el recuadro de comentarios.

Soy, efectivamente, la responsable del virgo de este, su post más arrebatador de los que he tenido a bien leer hasta ahora.

Empecé el otro día por el de Disney comprando a MArvel. Sin ir más allá del título, me dije "sí señor, a mí también me asusta la idea". Sus argumentos me corroboraron la tesis.

Su padre es un angel. De 99 a 100, con regalo de valores incluido. Grande su paciente madre y su generoso padre. Y, si le sirve de consuelo, las monjas concepcionistas venezolanas son tan (inserte aquí lo que usted quiera) como los curas salesianos suyos.

Pero, y si sus escritos me han ido dejando pedacitos de su ser por acá y por allá, es deber mío decirle que este post me mató.

Así como lo leyó. Me mató.

Sí, porque a las criaturas de aire, con senos de magnolia (o de pera... nunca de higo), cutis de durazno y nariz de zanahoria (algo aguileña), la contundencia de tales afirmaciones hace que, como pasa a las mariposas, la onda de choque las deje desde atontadas hasta fatalmente lesionadas...

... y a mí me ha dejado en un estado cercano al catatónico.

Gracias por esas afirmaciones, por creer que el sexo es sólo asunto etéreo, que las mujeres deben de ser plumas... aunque con profesión, casa y arte quizás resultemos más bullentes que lo que usted deseaba.

Me alegra descubrirlo!:D